La paradoja del desarrollo insostenible
Mientras los países ricos aumentan su gasto militar hasta el 5% del PIB, las naciones del Sur Global destinan más recursos al pago de deuda externa (443.500 millones de dólares) que a sanidad o educación. Esta es la denuncia central de Maite Serrano, directora de la Coordinadora de ONGD, durante la IV Conferencia de Financiación para el Desarrollo en Sevilla. Los datos revelan una cruda realidad: por cada dólar destinado a cooperación internacional, dos se esfuman en intereses de deuda, muchas veces contraída bajo condiciones ilegítimas.
El informe presentado muestra cómo el 80% de los proyectos de extracción de litio para la «transición ecológica» europea se realizan en territorios indígenas, frecuentemente con protección de ejércitos privados. «Luxemburgo lidera rankings verdes mientras financia minería depredadora en el Sur», ejemplifica Serrano. Esta contradicción evidencia que el sistema económico mantiene lógicas coloniales, donde el 40% de la población mundial (3.300 millones) sufre las peores consecuencias climáticas pese a contribuir menos al problema.
INDICO: Un nuevo paradigma de medición
Frente a indicadores obsoletos como el PIB -que celebra el crecimiento de la industria armamentística pero ignora la desigualdad- surge INDICO, un índice alternativo que evalúa coherencia política en cuatro ejes:
- Fiscalidad justa vs paraísos fiscales
- Comercio equitativo que no destruya economías locales
- Cancelación de deudas ilegítimas
- Cooperación real (el 0.7% prometido sigue sin cumplirse)
«La paz no se construye con armas, sino reparando violencias históricas», insiste Serrano. Las más de 200 organizaciones presentes en Sevilla exigen tratados vinculantes contra la evasión fiscal corporativa (que supera los 400.000 millones anuales) y mecanismos para auditar deudas odiosas. Mientras, el Índice de Coherencia revela que España retrocedió 12 puestos en justicia fiscal desde 2022.
¿Dónde están las prioridades?
La conferencia coincide con la cumbre de la OTAN en Madrid, donde se anunciarán nuevos aumentos al presupuesto militar. Esta sincronía evidencia la disyuntiva global: «¿Invertimos en destrucción o en vida?», cuestionan los activistas. Con el 70% de los países en desarrollo gastando más en deuda que en protección social, las protestas en Sevilla buscan desmontar el mito de la «falta de recursos». El dinero existe -señalan- pero se destina a perpetuar un sistema que privilegia el lucro sobre la dignidad.