Robert Moehling: 66 años vendiendo autenticidad en Miami

El icónico puesto «Robert is Here» sigue conquistando paladares con fruta fresca y batidos artesanales
Robert Moehling en su puesto de frutas "Robert is Here" Robert Moehling en su puesto de frutas "Robert is Here"

Un legado familiar que comenzó con una caja de pepinos

En 1959, Robert Moehling, entonces un niño de seis años, fue enviado por su padre a vender pepinos en una carretera cercana a Miami. Nadie se detuvo hasta que un cartel con la frase «Robert is Here» cambió todo. Hoy, 66 años después, su puesto de frutas y smoothies se ha convertido en un símbolo de tradición y calidad en Homestead, la puerta a los Everglades.

Lo que empezó como un modesto negocio familiar ahora atrae a turistas y locales con su oferta de frutas tropicales y batidos 100% naturales. «Solo tengo tres principios: honestidad, integridad y trabajar duro», afirma Moehling, de 71 años, mientras atiende a los clientes con la misma dedicación que en su infancia.

De un puesto improvisado a un ícono culinario

El éxito de Robert is Here no fue inmediato. Durante años, Moehling y su familia perfeccionaron su método, ampliando la variedad de productos y manteniendo un sistema basado en la confianza. «Los clientes dejaban el dinero en una lata, sin supervisión», recuerda.

En 2015, el puesto fue incluido en el Registro del Patrimonio Culinario Nacional, un reconocimiento reservado a negocios con más de 50 años de historia y contribución a la gastronomía estadounidense. Hoy, el lugar no solo vende fruta, sino también experiencias: música en vivo, animales de granja y una atmósfera que evoca el Miami rural de antaño.

Autenticidad en cada sorbo

Los smoothies de Robert is Here son leyenda. Preparados con fruta fresca y sin aditivos, su sabor justifica la espera. «Nada que ver con lo industrial», comenta un visitante mientras saborea un batido de mango.

Moehling sigue trabajando junto a su familia, demostrando que los negocios pequeños pueden perdurar con pasión y constancia. En un mundo de cadenas y franquicias, su historia es un recordatorio del valor de lo auténtico.

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