Un inicio de fiestas con marcado carácter solidario
Los Sanfermines 2025 han comenzado con un potente mensaje político. La plataforma Yala Nafarroa, que agrupa a 225 colectivos y más de 1.700 personas, fue la encargada de lanzar el Chupinazo desde el balcón del Ayuntamiento de Pamplona. Con gritos de «¡Viva Palestina libre!» y «Stop genocide», los representantes de la organización dieron un carácter reivindicativo al acto inaugural de las fiestas.
La elección de Yala Nafarroa no fue casual: obtuvo 10.594 votos de los 20.045 emitidos en una votación popular. «La ciudadanía ha votado en clave de solidaridad y derechos humanos», celebraron los miembros de la plataforma antes del lanzamiento. Entre la multitud, banderas palestinas y camisetas con el lema ‘Somos todos Palestina’ se mezclaron con los pañuelos rojos tradicionales.
Una plaza Consistorial abarrotada de simbolismo
Más de 14.000 personas abarrotaron la plaza Consistorial (de apenas 1.100 m²) en un ambiente cargado de emotividad. Este año, al coincidir el inicio con el fin de semana, la afluencia fue mayor que en ediciones anteriores. Entre la multitud destacaron no solo las banderas palestinas, sino también una gran pancarta que pedía la liberación de los presos de ETA, mostrando el carácter plural de las reivindicaciones.
Las fiestas, que atraen a unos 6 millones de visitantes cada año, han demostrado una vez más su capacidad para ser altavoz de causas globales. Desde que Ernest Hemingway las popularizara en su novela Fiesta, los Sanfermines se han convertido en un fenómeno internacional que trasciende lo festivo.
San Fermín como escenario de denuncia
Este inicio de fiestas marca un precedente en la historia de los Sanfermines. Nunca antes el Chupinazo había tenido un mensaje tan explícitamente político. La elección refleja el sentir de una parte importante de la sociedad navarra, que ha mostrado su rechazo a la ofensiva israelí en Gaza de forma reiterada en los últimos meses.
Con 204 horas de fiesta por delante, Pamplona se prepara para vivir unos Sanfermines que ya han dejado claro que, además de toros y vino, también habrá espacio para la reivindicación.