Trump endurece su postura con la UE
El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha elevado la presión sobre la Unión Europea al anunciar aranceles del 30% a las exportaciones europeas a partir del 1 de agosto. La medida, comunicada mediante una carta a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, llega tras meses de negociaciones estancadas en sectores clave como la agricultura y la automoción.
Bruselas esperaba cerrar un acuerdo pronto, pero la volatilidad de Trump ha frustrado las expectativas. El líder republicano justifica los aranceles como un intento de equilibrar el déficit comercial entre ambos bloques, que supera los 50.000 millones de euros anuales. Sin embargo, la UE considera la medida desproporcionada y estudia respuestas contundentes.
La UE evalúa su estrategia de respuesta
La Unión Europea no se quedará de brazos cruzados. Tras la amenaza de Trump, los embajadores de los 27 Estados miembros se reunirán de urgencia para coordinar una respuesta. Entre las opciones figura reactivar los aranceles de retaliación por 21.000 millones de euros que suspendió temporalmente, así como un paquete adicional de 95.000 millones dirigido a sectores sensibles para EE.UU.
Además, Bruselas podría apuntar a las Big Tech estadounidenses, como Google, Apple y Meta, gravando sus ingresos publicitarios en Europa. La presidenta Von der Leyen ha dejado claro que las leyes digitales de la UE son «intocables», rechazando cualquier concesión en esta área.
El trasfondo geopolítico de la guerra comercial
Más allá del comercio, Trump busca que Europa incremente su gasto en defensa y dependa menos del gas ruso. La UE ya ha elevado sus compras de gas natural licuado (GNL) estadounidense, pero Washington exige más compromisos, especialmente en el rearme de la OTAN.
El conflicto también refleja tensiones en regulación tecnológica. El vicepresidente JD Vance ha acusado a la UE de censura bajo la Ley de Servicios Digitales (DSA), mientras Trump critica las multas a empresas como Apple y Google. La UE, sin embargo, mantiene su postura: proteger el mercado único sin ceder a presiones externas.
¿Se materializarán los aranceles?
Aunque Trump ha fijado el 1 de agosto como fecha límite, su historial de amenazas no cumplidas deja margen para la negociación. Alemania y otros países presionan por un acuerdo rápido, incluso con condiciones desfavorables, para evitar mayores daños económicos. Mientras, la UE se prepara para lo peor, consciente de que la estrategia de Trump combina presión máxima con imprevisibilidad.