Colgar la bandera de España en balcones: libertad o posible sanción

Cada 12 de octubre, miles de españoles muestran la bandera en sus balcones, generando debate legal y social sobre la convivencia vecinal.
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Ley de Propiedad Horizontal y marco jurídico

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La Ley de Propiedad Horizontal (LPH) regula el uso de los elementos comunes y la convivencia entre vecinos. Su artículo 7.1 permite realizar cambios en la vivienda siempre que no afecten la estructura, seguridad o fachada del edificio. Además, el artículo 17 establece que cualquier modificación de elementos comunes requiere el acuerdo de la mayoría de propietarios.

La ley no menciona sanciones por colocar una bandera. Por tanto, no existe una “multa oficial” específica. Sin embargo, la jurisprudencia considera que la fachada, incluidos balcones y barandillas, forma parte de los elementos comunes. Según expertos como Sergio Nasarre y Guillermo Cerdeira, una bandera temporal no altera la estructura y no debería generar penalización.

Estética, libertad de expresión y convivencia


El verdadero conflicto surge de la interpretación y las normas internas de las comunidades. Algunos estatutos prohíben colgar objetos en la fachada por razones estéticas, no políticas. Una bandera, al igual que luces decorativas o pancartas, plantea un dilema entre la libertad de expresión y el respeto al entorno compartido.

Si la bandera se coloca dentro del balcón o tras un cristal, la comunidad no puede exigir su retirada. En cambio, si se cuelga hacia el exterior modificando la fachada, puede solicitarse autorización. Aun así, imponer sanciones sigue siendo jurídicamente discutible y dependerá de cada contexto vecinal.

Celebración responsable y civismo


El Día de la Hispanidad y el Día del Pilar son ocasiones que mezclan orgullo, historia y tradición. Más allá de lo simbólico, el foco debería estar en la convivencia y el respeto mutuo. Exhibir la bandera con empatía y prudencia evita conflictos y refuerza la cohesión social.

El civismo se refleja en pequeños gestos: respetar normas, cuidar lo común y considerar la diversidad de opiniones. Colgar una bandera debe ser un acto de expresión responsable, no motivo de disputas ni de propagación de rumores sobre sanciones inexistentes.

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