Una propuesta para una Europa más justa
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España y líder del PSOE, presentó en el Congreso del Partido de los Socialistas Europeos (PSE) una propuesta clave: la creación de un salario mínimo común europeo. La medida, inspirada en la experiencia española, busca reforzar la justicia social y promover una convergencia económica más equilibrada entre los Estados miembros.
Durante su intervención en Ámsterdam, ante centenares de delegados socialistas, Sánchez destacó que “Europa debe mantener y ampliar su pilar social”. Argumentó que la iniciativa pretende frenar la erosión de los derechos laborales y garantizar condiciones dignas para trabajadores y clases medias en todo el continente.
Actualmente, las diferencias salariales dentro de la UE son notables: mientras Luxemburgo supera los 2.500 euros mensuales, en algunos países del este apenas se alcanza los 500. Esta brecha, según Sánchez, pone en riesgo la solidaridad europea y alimenta el crecimiento de fuerzas políticas extremas.
Subrayar la necesidad de políticas de convergencia económica se alinea con los objetivos del proyecto europeo y el fortalecimiento del mercado laboral común.
Cohesión social frente a la desigualdad
La propuesta de un salario mínimo común no solo tiene un componente económico, sino también político y social. Sánchez insistió en que Europa debe actuar frente a la competencia salarial a la baja, un fenómeno que socava la cohesión entre los países miembros.
Además, el mandatario español señaló otros retos que deben definir la agenda progresista europea: la crisis de la vivienda, la transición ecológica justa y la igualdad de género. “No es aceptable que 80 millones de europeos destinen más del 40% de sus ingresos al alquiler o la hipoteca”, afirmó.
Para el presidente, vivir con dignidad debe ser “un derecho, no un privilegio”. Reforzar la sanidad y la educación públicas es también, según él, fundamental para proteger el modelo social europeo y evitar los errores de las políticas de austeridad del pasado.
Esta visión coincide con los principios de cohesión social defendidos por instituciones como la Comisión Europea y el Parlamento Europeo.
Un mensaje político ante el avance de la ultraderecha
Más allá del contenido económico, el discurso de Sánchez tuvo una clara dimensión política. Alertó sobre el auge de la ultraderecha y el riesgo de que la derecha tradicional adopte sus discursos. “No debemos dejar que la frustración sea el terreno fértil del antisistema”, advirtió.
El líder del PSOE busca consolidar su papel como referente del socialismo europeo, promoviendo una respuesta conjunta ante los desafíos de la globalización, la desigualdad y la crisis climática. Su intervención fue una de las más destacadas del Congreso, marcando el tono del encuentro y reforzando la cooperación entre partidos progresistas del continente.
Paradójicamente, los temas abordados —vivienda, salarios y desigualdad— también generan debate en España. Sin embargo, trasladar estas políticas al ámbito europeo refuerza la intención de Sánchez de proyectar a España como un modelo de políticas sociales y consolidar su legado en la construcción de una Europa más equitativa.