Escalada política por la fiscalidad digital
La propuesta de una nueva “tasa Trump” presentada por la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz irrumpe en la agenda económica española con un impacto inmediato. La dirigente situó a las grandes corporaciones tecnológicas estadounidenses en el centro de la negociación presupuestaria al exigir al PSOE un incremento de su contribución fiscal. Según Díaz, la diferencia entre el esfuerzo tributario de los autónomos y el de las multinacionales evidencia una brecha difícil de justificar. Por esta razón, planteó que las cinco mayores firmas estadounidenses deben responsabilizarse fiscalmente en España.
El anuncio se realizó durante el foro Metafuturo, organizado por Atresmedia, donde Díaz denunció que compañías como Alphabet, Amazon, Apple, Meta y Microsoft continúan tributando por debajo de su actividad real. Además, subrayó que su propuesta llegará pronto a la mesa de negociación junto al paquete fiscal de Sumar. Como resultado, el Ministerio de Hacienda deberá evaluar su encaje normativo y su viabilidad dentro del marco comunitario.
Impacto laboral y vigilancia sobre algoritmos
La ofensiva política no se limita al ámbito fiscal. Díaz reforzó su discurso tras el anuncio del ERE de Amazon en España, que prevé alrededor de 1.200 despidos. La vicepresidenta acusó a la compañía de mantener prácticas laborales incompatibles con estándares europeos y señaló que la Inspección de Trabajo activará una campaña para controlar el uso de algoritmos de supervisión. Además, criticó los sistemas biométricos empleados por la empresa y la falta de transparencia sobre el destino de dichos datos.
El Gobierno pretende avanzar en el futuro Estatuto del Trabajo del siglo XXI, que busca garantizar la claridad en los procesos automatizados de decisión. Este marco normativo se perfila como un pilar de protección laboral en un contexto de digitalización acelerada. Por este motivo, la supervisión algorítmica se convierte en un eje central del debate público.
Europa en la disputa tecnológica global
Díaz situó su propuesta en un entorno geopolítico marcado por la rivalidad entre Estados Unidos y China, donde Europa ocupa una posición intermedia. La vicepresidenta reclamó mayor autonomía estratégica y defendió que la UE debe reforzar la regulación digital sin ceder ante la presión de Washington. Además, señaló que el presidente estadounidense Donald Trump beneficia a las grandes tecnológicas al orientar la política económica hacia sus intereses.
La dirigente advirtió de los efectos de la “guerra fría digital” entre las dos potencias y afirmó que el desarrollo de una inteligencia artificial europea abierta, transparente y basada en estándares éticos resulta imprescindible. Como resultado, la regulación de la IA se convierte en un instrumento clave para la autonomía tecnológica del continente.
Presión internacional y tensiones con EE UU
España ya aplica una tasa a los servicios digitales desde 2021, aunque con alcance limitado y supervisión continua por parte de sus socios comerciales. La nueva medida pretende ampliar ese marco y situar en primer plano la contribución efectiva de las big tech a los sistemas fiscales nacionales. Sin embargo, la iniciativa abre un frente diplomático con Estados Unidos, un país que ha rechazado de forma constante estos gravámenes y ha amenazado con reactivar medidas arancelarias en represalia.
Este contexto complica las negociaciones en Bruselas y añade presión a la relación bilateral entre Madrid y Washington. Además, la propuesta intensifica la disputa interna del Gobierno español en pleno proceso de elaboración de los Presupuestos Generales del Estado. Para Sumar, la fiscalidad tecnológica se convierte en una forma de diferenciarse políticamente y de reforzar la protección laboral y digital en un escenario global competitivo.