Una ciudad en rebeldía
Miles de personas tomaron las calles de Venecia el pasado sábado 28 de junio para protestar contra la fastuosa boda de Jeff Bezos, fundador de Amazon, y Lauren Sánchez. Los manifestantes, portando banderas de Palestina y chalecos salvavidas simbólicos, criticaron el despliegue de lujo en una ciudad que enfrenta problemas de gentrificación y crisis climática.
El evento, que costó decenas de millones de euros, incluyó el alquiler de hoteles exclusivos y la llegada de celebridades como Leonardo DiCaprio, Kim Kardashian y Bill Gates. Las autoridades restringieron el acceso a zonas públicas, generando malestar entre los residentes. «Venecia no es un parque temático para millonarios», declaró Alice Bazzoli, activista local.
Activismo creativo y represión policial
Grupos como Extinction Rebellion y Greenpeace organizaron acciones simbólicas, incluyendo una «falsa boda» en la Piazza San Marco con una pancarta que decía: «El 1% arruina el mundo». Otra protesta mostró un cartel de 400 metros exigiendo que Bezos «pague más impuestos».
Las manifestaciones terminaron con 41 detenidos, incluyendo transeúntes, bajo el polémico Decreto de Seguridad del gobierno italiano. Amnistía Internacional denunció posibles abusos policiales durante las movilizaciones.
Bezos modifica sus planes por la presión social
La presión ciudadana obligó al magnate a trasladar parte de los eventos al Arsenale, una zona menos céntrica, y a retirar sus megayates de la laguna. «Hemos logrado que el hombre más rico del mundo cambie su agenda», afirmó Tommaso Cacciari, portavoz del comité No space for Bezos.
Mientras tanto, en Milán, la fiscalía investiga a Amazon por evadir 1.200 millones de euros en impuestos, un recordatorio del poder corporativo que los manifestantes buscan cuestionar.