Realidad demográfica vs discurso político
España vive una transformación demográfica irreversible: el 19% de su población (9.3 millones) nació en el extranjero, según datos oficiales. Lejos de ser una «invasión», como alertan sectores políticos, la inmigración ha crecido de forma constante desde representar el 5.6% en 2002 hasta su peso actual. Rocío De Meer, portavoz de Vox, ha reavivado el debate al proponer deportaciones masivas, incluyendo hijos de inmigrantes nacidos en España, una postura que choca con la realidad económica y social del país.
Los datos desmontan mitos: 3 millones de afiliados extranjeros a la Seguridad Social sostienen sectores clave como hostelería, agricultura y construcción. Más revelador aún: el 76% de los nuevos empleos creados entre 2019-2024 fueron ocupados por inmigrantes, convirtiéndolos en pilares del sistema de pensiones y del rejuvenecimiento poblacional.
Distribución geográfica y perfiles laborales
La población extranjera se concentra en:
- Madrid y Barcelona (25% del total)
- Zonas agrícolas como Almería y Huelva
- Costas mediterráneas (Málaga, Alicante, Baleares)
Los latinoamericanos (4 millones) forman el grupo más numeroso, seguidos por europeos comunitarios y magrebíes. Pese a compartir lengua y cultura, 54% de los inmigrantes universitarios trabajan en empleos por debajo de su cualificación, evidenciando un desperdicio de talento.
Generación puente y cambio cultural
Los indicadores demográficos muestran una juventud multicultural:
- 73% de inmigrantes tiene entre 20-64 años
- 25% de menores de 3 años tiene al menos un progenitor extranjero
- Nombres como Mohammed y Ahmed superan ya a los tradicionales
Este cambio, lejos de ser una amenaza, refleja la globalización inevitable que revitaliza una España envejecida. Expertos advierten que, sin políticas de integración efectivas, se perpetuarán guetos laborales y sociales.
