El boom imparable del alojamiento turístico
Tres comunidades autónomas – Andalucía, Comunidad Valenciana y Cataluña – acaparan 216.217 viviendas turísticas, más de la mitad del total nacional (381.837), según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Málaga se consolida como la provincia con mayor oferta, alcanzando las 50.000 unidades, un 6,3% más que en el semestre anterior.
Este crecimiento exponencial evidencia una transformación urbana sin precedentes:
- Alicante registra 40.273 pisos vacacionales
- Barcelona y Girona impulsan un aumento del 7,5% en Cataluña
- Andalucía bate récords con 96.000 alojamientos turísticos
Impacto social y urbanístico
La masificación de viviendas turísticas genera graves desequilibrios:
✔️ Gentrificación acelerada en centros históricos
✔️ Pérdida de vivienda residencial asequible
✔️ Alquileres disparados que expulsan a jóvenes
✔️ Saturación de servicios en zonas turísticas
«Lo que eran barrios con vida comunitaria ahora son parques temáticos para visitantes«, denuncian colectivos vecinales. Ciudades como Valencia ya hablan de «capacidad de carga superada», mientras los precios de alquiler siguen subiendo pese a los intentos de regulación.
Regulación insuficiente
El registro único de alquileres anunciado por el Gobierno se percibe como un paso tibio frente a la magnitud del problema. Expertos exigen medidas más contundentes:
➡️ Moratorias en zonas saturadas
➡️ Fiscalización rigurosa de pisos ilegales
➡️ Incentivos fiscales para reconvertir alojamientos turísticos en vivienda habitual
El debate sobre el modelo de ciudad está servido: ¿turismo masivo o derecho a una vivienda digna? Los datos del INE muestran que, sin una planificación urbana integral, el crecimiento descontrolado de apartamentos turísticos seguirá amenazando la cohesión social en los núcleos urbanos.
