Un acuerdo delicado bajo la mediación internacional
intercambio de rehenes
Israel y Hamás se preparan para ejecutar uno de los intercambios más sensibles del conflicto reciente: la liberación de los últimos rehenes israelíes con vida y la excarcelación de alrededor de 2.000 prisioneros palestinos.
El pacto, negociado bajo mediación de Estados Unidos, Egipto, Qatar y Turquía, estipula que los rehenes deberán ser entregados antes del mediodía del lunes, bajo la supervisión del Comité Internacional de la Cruz Roja, que actuará como intermediario neutral entre ambas partes.
Entre los 48 cautivos que permanecen en Gaza, solo 20 seguirían con vida, según estimaciones oficiales. Las autoridades israelíes han pedido evitar celebraciones o imágenes propagandísticas para impedir un repunte de la tensión, como ocurrió durante las primeras liberaciones.
Los rehenes forman un grupo diverso, con civiles secuestrados en el festival Nova y soldados capturados durante el ataque al kibutz Nahal Oz. Figuran nombres como Nimrod Cohen (21 años), un joven cabo israelí; Matan Angrest (22 años), suboficial de la brigada Golani; o Alon Ohel (24 años), DJ y civil herido de gravedad. También se encuentran los hermanos Ariel y David Cunio, de doble nacionalidad israelí-argentina, y Avinatan Or, un electricista de origen etíope-israelí convertido en símbolo de la tragedia.
Liberaciones condicionadas y presiones políticas
El acuerdo prevé que Israel no liberará prisioneros palestinos hasta confirmar la llegada de todos los rehenes vivos a su territorio. Entre los 2.000 presos figuran más de 200 condenados a cadena perpetua. Muchos serán trasladados a Gaza o exiliados a países vecinos, una medida destinada a reducir la presión interna sobre el gobierno de Benjamín Netanyahu, enfrentado tanto a las familias de los rehenes como a los sectores ultraderechistas de su coalición.
Netanyahu insistió en que la liberación será “condicional y controlada”, y que el ejército mantiene “reservas operativas” ante cualquier incumplimiento por parte de la milicia palestina. La firma del acuerdo en El Cairo, bajo mediación egipcia y con el respaldo de Washington, se considera un paso clave para estabilizar la tregua actual.
Washington busca una tregua duradera
El presidente estadounidense Donald Trump tiene previsto viajar a Jerusalén durante la entrega de los rehenes y, posteriormente, a Egipto, donde se celebrará una cumbre internacional para la reconstrucción de Gaza con la participación de más de veinte líderes.
Washington pretende aprovechar este avance humanitario para impulsar una hoja de ruta hacia un alto el fuego permanente, aunque diplomáticos advierten que la situación política sigue siendo frágil y susceptible de estallar ante cualquier provocación.
Por esta razón, el papel de la Cruz Roja y de la ONU será crucial en el seguimiento del intercambio y en la búsqueda de los cuerpos de los cautivos fallecidos, que aún permanecen bajo los escombros en Gaza.
Un respiro humanitario en medio del conflicto
El ambiente en Israel combina esperanza y tensión. Las familias de los rehenes se preparan para una posible liberación anticipada, alentadas por declaraciones del vicepresidente estadounidense J.D. Vance, quien aseguró que los cautivos podrían ser liberados “en cualquier momento”. Sin embargo, el Ministerio de Defensa israelí insiste en que no hay cambios en el calendario previsto y que la operación seguirá bajo estricto control.
El intercambio previsto para el lunes podría marcar el fin de un ciclo de violencia que ha dejado miles de muertos en Gaza y profundas heridas sociales en Israel. Aun así, analistas advierten que, mientras no se retome un diálogo político sostenido, ningún canje garantizará una paz duradera.