Un país caro para quien trabaja y barato para quien defrauda
Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular (PP), criticó duramente la situación económica de España y el impacto que las políticas del Gobierno están teniendo sobre los trabajadores y autónomos. En un acto celebrado en Soria, el líder opositor declaró que el país no puede seguir siendo “caro para el trabajador que produce y barato para el jeta que roba”, una frase que resume su denuncia contra la desigualdad fiscal y el debilitamiento del poder adquisitivo.
La precariedad económica, explicó Feijóo, se ha convertido en una constante que afecta a millones de ciudadanos. Mientras los precios suben y los salarios se estancan, las familias soportan una presión fiscal creciente sin que existan medidas efectivas de alivio. La situación, añadió, refleja un desequilibrio estructural entre quienes contribuyen al desarrollo del país y aquellos que, según él, se benefician de un sistema “permisivo y desigual”.
Esta crítica se enmarca en el contexto de una inflación persistente y una elevada deuda pública que continúa condicionando la estabilidad económica de España.
La desigualdad económica y el peso de la inflación
Según Feijóo, los españoles “trabajan más pero viven peor”. Este sentimiento, compartido por amplios sectores sociales, se alimenta de una realidad visible: los precios de la vivienda, los alimentos y la energía se han disparado, mientras los salarios mantienen un crecimiento mínimo.
La inflación, aunque moderada en los últimos meses, sigue erosionando el poder de compra de las familias. En muchos casos, los sueldos apenas alcanzan para cubrir las necesidades básicas. Para el líder del PP, esta situación evidencia la falta de una política económica sólida que promueva la redistribución de la riqueza.
Además, subrayó que el sistema fiscal actual no cumple su función de equilibrio. Mientras las clases medias y trabajadoras pagan más impuestos, las grandes fortunas —afirmó— “encuentran resquicios legales para eludir sus obligaciones”. Este escenario alimenta una creciente percepción de injusticia social y debilita la confianza ciudadana en las instituciones.
Subrayar la necesidad de una reforma fiscal equitativa y sostenible podría convertirse en uno de los temas clave del debate económico español.
Crítica a la gestión presupuestaria y al endeudamiento público
Feijóo también acusó al Gobierno de incumplir su deber constitucional de presentar los presupuestos generales anuales, un hecho que, según él, agrava la incertidumbre económica y genera desconfianza entre los inversores. El líder del PP considera que la política de gasto público del Ejecutivo es “imprudente e irresponsable”, y que su nivel de endeudamiento compromete la capacidad de España para sostener su bienestar a largo plazo.
El dirigente popular insistió en que la falta de transparencia presupuestaria refleja un Gobierno más centrado en su supervivencia política que en resolver los problemas de fondo. Para Feijóo, España necesita una estrategia económica “que devuelva la dignidad al trabajo y el equilibrio a las cuentas públicas”.
Además, reclamó una política fiscal que incentive la productividad, alivie la presión sobre los autónomos y fortalezca a las pequeñas y medianas empresas, sectores que —dijo— son los verdaderos motores de la economía nacional.
Como resultado, su discurso se ha interpretado como una llamada a la reforma estructural del sistema económico español, en un momento marcado por la polarización política y la creciente preocupación social por el coste de vida.